Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Historia general del pueblo dominicano 65 El punto clave y crucial en este período de la historia dominicana debe ser la confrontación ambigua y muchas veces contradictoria entre estas ideo- logías del progreso (y sus políticas resultantes) y una realidad obstinada. En este capítulo, esta tensión entre sueño y realidad, entre utopía y práctica, entre deseo e implementación, será el hilo conductor. Para acercarse a estos elemen- tos y, sobre todo, entender los lazos entre lo histórico y lo ideológico, trata de moverse entre las transformaciones económicas y sociales y las percepciones y visiones de los actores históricos. E STADO Y DESARROLLO La riqueza económica fue el objetivo más importante de las ideologías del progreso de este período. Las élites políticas y empresariales aspiraron a un crecimiento productivo que lograría empujar la economía dominicana hacia niveles más altos. Aunque se hablaba mucho sobre este crecimiento de la producción, en este período del desarrollo «hacia fuera» normalmente se PHGtD SRU OD H[SRUWDFLyQ /RV LQJUHVRV HVWDWDOHV GHSHQGtDQ FDVL SRU FRPSOHWR de los impuestos arancelarios. Los aranceles aduaneros fueron la fuente de LQJUHVRV HVWDWDOHV PiV LPSRUWDQWH (O LQFUHPHQWR GH ODV H[SRUWDFLRQHV IXH visto como la manera más adecuada de producir el progreso económico y, por ende, el fortalecimiento del Estado nacional. En la década de 1870 la República Dominicana era un país casi com- pletamente agrario. La riqueza nacional dependía de la agricultura y las esperanzas para el desarrollo económico del país se fundaron en un SUR\HFWR GH H[SDQVLyQ GH OD DJULFXOWXUD QDFLRQDO &RPR VH HVFULELy HQ XQ editorial del periódico (O 3RUYHQLU de Puerto Plata, en 1874: «Una de las causas que más males ha originado al país ha sido sin duda el casi nin- gún cultivo de nuestra agricultura, y esto debido a la letal incuria con que todos los gobiernos que hemos tenido han mirado tan importante asunto >«@ª 1 Esta cita muestra claramente dos cosas: la transformación agraria fue considerada como la condición imprescindible para el progreso nacional y el Estado dominicano debería jugar un papel estimulador, si no decisivo, en esta transformación. Considerando que el Gobierno dominicano se ca- racterizaba por una escasez de fondos continua y estructural, este papel se concretizó, sobre todo, en el otorgamiento de concesiones y facilidades a terratenientes y empresarios.

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