Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV
63 CAPÍTULO 2 REALIDADES Y UTOPÍAS DE PROGRESO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA, 1880-1930 0LFKLHO %DXG I NTRODUCCIÓN ©>/@RV EHQHÀFLRVRV UHVXOWDGRV GH OD SD] VRQ LQFDO - culables. En ella está la base principal de nuestro órden, de nuestro buen gobierno, de nuestra civi- OL]DFLyQ HQ ÀQ (Q HOOD HVWi QXHVWUR SRUYHQLU >«@ª («Ojeada de actualidad», (O (FR GH OD 2SLQLyQ , 4 de junio de 1880). «El deber educa, el deber civiliza, y luego es el deber elemento fuerte que debe concurrir a la organización de las sociedades» ( La Industria, 20 de abril de 1882). «El mal grave no es la competencia de hoy, es nues- tra incapacidad y debilidad agrícola-industrial, es nuestro pésimo estado de falta de brazos y alza enorme de jornales, es nuestro sistema de trans- portes y arancelario, es la poca atención que presta el hacendado a las mejoras agrícolas e industriales TXH VH OH LQGLFDQ HWF HWF >«@ª ©0DOHV JUDYHVª (O (FR GH OD 2SLQLyQ , 15 de febrero de 1884). «El progreso es como todo lo demás. Con nada, nada se hace. Es preciso, es indispensable, poner en movimiento algún capital para obtener ganan- cias» («Los ayuntamientos», /LVWtQ 'LDULR 10 de noviembre de 1919). Hay diferentes maneras de mirar a la historia de la República Dominicana en el período de 1880 a 1916. Lo más interesante y convincente es considerarlo como un período de una transformación dramática y radical. Una transforma- ción que ocasionó un desarrollo económico sin precedentes en una economía
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