Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Los renglones campesinos y semicapitalistas (c1870-1930) 62 VRFLDO \ HFRQyPLFD GH OD 5HS~EOLFD 'RPLQLFDQD , 13.ª ed., 2 vols., Santo Domingo, 1996, vol. 2, pp. 121-126. En las primeras décadas del siglo XX , el economista ruso A. V. Chayanov SURSXVR OD DXGD] WHRUtD VREUH OD H[LVWHQFLD GH XQ ©PRGR FDPSHVLQR GH SUR - GXFFLyQª QRFLyQ TXH FRQWUDUUHVWDED HO GRJPD VRYLpWLFR DFHUFD GH OD FRQFHSFLyQ PDU[LVWD de los «modos de producción». Por ello, y debido a su defensa de la economía campe- VLQD VX REUD IXH VRVOD\DGD \ &KD\DQRY IXH SHUVHJXLGR \ ÀQDOPHQWH IXVLODGR 9pDQVH Chayanov, La organización de la unidad económica campesina ; Mark Harrison, «The Peasant 0RGH RI 3URGXFWLRQ LQ WKH :RUN RI $ 9 &KD\DQRYª -RXUQDO RI 3HDVDQW 6WXGLHV , No. 4 (1977), pp. 323-336; y Teodor Shanin, /D FODVH LQFyPRGD 6RFLRORJtD SROtWLFD GHO FDPSHVLQDGR HQ XQD VRFLHGDG HQ GHVDUUROOR 5XVLD , Madrid, 1983. 72 Emilio Rodríguez Demorizi, /HQJXD \ IRONORUH GH 6DQWR 'RPLQJR , Santiago, 1975, pp. 96, 139, 199, 208, 230, 269, 275. El título de esta obra resulta un tanto engañoso. La misma consta, principalmente, de una serie de informes redactados por los inspectores de Instrucción Pública y sometidos al superintendente general de Enseñanza, en los años 1921 y 1922. Si bien esos informes aluden a la forma de hablar en las diferentes partes del país así como a sus costumbres y creencias —el denominado «folklore»—, lo cierto es que abundan en ellos datos de otra índole. Por ejemplo, contienen información acerca de las actividades económicas y sobre la composición racial y étnica de los habitantes de las variadas localidades que abarcan esos reportes. De más está decir que las observaciones VREUH ORV VXMHWRV VRFLDOHV D ORV TXH VH UHÀHUHQ GLFKRV LQIRUPHV ³PD\RUPHQWH KDELWDQWHV del campo— están plagadas de sesgos y prejuicios, determinados por la «ideología del progreso» que sostenían los funcionarios que los redactaron. Aun así, esos informes cons- tituyen una valiosa fuente para estudiar la sociedad dominicana a principios del siglo XX . 73 Ibíd., p. 143. 74 Rodríguez Demorizi, /HQJXD \ IRONORUH , p. 156. 75 Gómez, 5HODFLRQHV GH SURGXFFLyQ GRPLQDQWHV , p. 83. 76 Rodríguez Demorizi, /HQJXD \ IRONORUH , pp. 104, 118-119, 144, 199-200, 227-228, 268. 77 Martínez-Vergne, 1DWLRQ &LWL]HQ . 78 Cassá, 0RYLPLHQWR REUHUR \ OXFKD VRFLDOLVWD , p. 51; Domínguez, La sociedad dominicana, S \ -RVp GHO &DVWLOOR \ :DOWHU &RUGHUR La economía dominicana en el primer cuarto del siglo XX , 2.ª ed., Santo Domingo, 1980, pp. 54-55. Ver, también Deschamps, /D 5HS~EOLFD 'RPLQLFDQD ; y (O OLEUR D]XO . 79 Mis planteamientos se inspiran en las obras de E. P. Thompson, Tradición, revuelta y consciencia de clase ; y 7KH 0DNLQJ RI WKH (QJOLVK :RUNLQJ &ODVV , New York, 1966. 80 Cassá, 0RYLPLHQWR REUHUR \ OXFKD VRFLDOLVWD , p. 57. 81 Ibíd., pp. 56-57. 82 Ibíd., pp. 58-59; San Miguel, Los campesinos del Cibao , pp. 82-84; y 3ULPHU FHQVR QDFLRQDO GH 5HS~EOLFD 'RPLQLFDQD , 2.ª ed., Santo Domingo, 1975, p. 150. El predominio numérico de las mujeres es un rasgo frecuente en ciudades con economías tradicionales, pre o semi- capitalistas. Véase Ester Boserup, :RPDQ·V 5ROH LQ (FRQRPLF 'HYHORSPHQW , New York, 1970. 83 San Miguel, Los campesinos del Cibao , pp. 257-322; (O SDVDGR UHOHJDGR , passim ; y La guerra silenciosa , pp. 76-116.

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