Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV
546 +RUDFLR 9iVTXH] SHUÀO \ JRELHUQR panorámica médica presentada tenía las líneas básicas de los países coloniza- dos por España. Por esto, la frecuencia de dolencias asociadas a la desnutri- ción, hacinamiento y prácticas médicas envejecidas aumentaban el riesgo de los pacientes y sobre todo diezmaban a la población infantil y a las madres. También el tétanos infantil y de adulto constituía una dolencia con una debili- dad generalizada. A pesar de los esfuerzos de las sucesivas administraciones, se observa como durante la Ocupación Militar de 1916-1924 no hubo una mejora palpable en la salud de la población. Este accionar médico reproducía una práctica ancestral propia de países GRQGH OD PHGLFLQD QR KDEtD DOFDQ]DGR HO ULJRU GH XQ HMHUFLFLR FLHQWtÀFR FRQ la ayuda de la medicación adecuada para conjurar los males propios del ser humano en simbiosis constante con su sociedad. Además, era difícil aplicar prácticas médicas avanzadas por el nivel de precariedad y la escasez de mé- dicos graduados, cuyo ejercicio estuvo regulado a través del bureau pero que en la práctica médica la necesidad de resolver situaciones favorecía el enga- vetado de las normas. Conviene resaltar la iniciativa de la Dra. Evangelina Rodríguez Perozo, quien constituyó la Liga Femenina de la Infancia que incluía la Casa de Maternidad Santa Felícita, donde se iniciaron las mediciones de recién nacidos y atención a las madres. La Dra. Rodríguez Perozo constituye una referencia importante, no solo por su ejercicio médico sino por su condición de mujer negra y pobre. Ella sabía con certeza la batalla que debían enfrentar los pobres del país, más aún cuando se acompaña al género femenino. Las enfermedades tradicionales no desaparecieron, y hubo una presencia constante de paludis- PR VtÀOLV WXEHUFXORVLV YLUXHOD VDUDPSLyQ \ OD GHJHQHUDFLyQ DYLYDGD SRU OD herencia. Hubo una preocupación constante de Vásquez acerca de la salud infantil. Sin embargo, no se construyó en seis años un hospital para niños. Solicitudes, quejas y comentarios sobre necesidades sanitarias se encuentran en los legajos, así como peticiones de pueblos y barrios de todo el país. El Gobierno se pre- ocupaba y actuaba autorizando a médicos a especializarse en París, conocer \ REVHUYDU FXiOHV HUDQ ORV QLYHOHV GH p[LWRV (QWUH ORV PpGLFRV LQYROXFUDGRV estuvieron Manuel Guillan Rodríguez Objio, Jaime Ferrán y Clúa y Ramón de Lara. Es importante destacar la incorporación de la Cruz Roja Dominicana por mediación de su presidente el Dr. Salvador B. Gautier y de la Asociación Médica Dominicana en 1926 solicitada por su presidente de entonces el Dr. Pedro E. de Marchena. A pesar de todos los esfuerzos realizados la salud y sus cuidados seguían siendo precarios, rudimentarios y obligaban a la población pudiente a salir hacia otros países a buscar salud.
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