Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

532 +RUDFLR 9iVTXH] SHUÀO \ JRELHUQR corrupción, el clientelismo y la proclividad a permanecer en el poder. También la continuación de las obras públicas iniciadas desde la administración de Ramón Cáceres y desarrolladas por el Gobierno Militar estadounidense, se es- SHUDED TXH SHUPLWLHUDQ DO SUHVLGHQWH UHVWDXUDU OD FRQÀDQ]D HQ OD SRVLELOLGDG de un gobierno digno que defendiera los intereses nacionales. Además, en el caso de Vásquez, aunque la tarea de gobernar un país en un proceso de transición era bastante compleja, no hay dudas de que la guía u or- denanza para el manejo del Estado estaba en manos de los ocupantes estadou- nidenses y de su gobierno. Es bueno señalar que en los gobiernos dominicanos, el compromiso con las decisiones no siempre había surgido de la creatividad y participación de la ciudadanía. Es notorio que la sociedad demandaba un protector que prácticamente lo dirigiera todo y no consultara los diferentes puntos de vista de sus seguidores. ¿Cuáles eran las demandas de la población para el partido que fuera elegido? Lo principal giraba en torno a la necesidad de reorganizar el país, empujar la naciente industria nacional y eliminar los levan- tamientos caudillistas. El progreso se asociaba con la utilización de tecnologías industriales, tomando como modelo a seguir los países industrializados. El gobierno de Horacio Vásquez tuvo que afrontar, desde un principio, problemas de diversa índole: escuelas cerradas, debido a la no recaudación del impuesto escolar sobre la propiedad; los fondos de los empréstitos se encontraban agotados y estaban a punto de paralizarse las obras públicas; es decir, carecía de recursos económicos para emprender planes en provecho de la población. En cuanto a la seguridad ciudadana, si estallaba un desorden, la Policía Nacional, con apenas seiscientos agentes distribuidos en todo el país, sería incapaz de sofocarlo. 2EUDV 3~EOLFDV La Dirección General de Obras Públicas estaba a cargo de ingenieros QRUWHDPHULFDQRV GHVGH VX FUHDFLyQ HQ WLHPSRV GH &iFHUHV SRU H[LJHQFLDV GHO Gobierno de los Estados Unidos. A inicios de 1925 su director, John H. Caton III, se desempeñaba como un secretario paralelo con independencia, y debido a enfrentamientos y diferencias con el ministro de Fomento y Comunicaciones fue separado del cargo, nombrándose al ingeniero dominicano Alfredo Ginebra en el puesto. Los empleados estadounidenses fueron sustituidos por dominica- nos. Se empezaron a nacionalizar obras en el territorio nacional, como fue el caso del acueducto de la ciudad de Azua, para lo cual se cancelaron las deu- das contraídas por su Ayuntamiento con el Gobierno nacional, ascendentes a RD$ 35,000.00, así como los intereses de las mismas. Para mejorar la condición

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