Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV
Historia general del pueblo dominicano 49 las fuentes de ingresos del Estado. En efecto, en esos años se aprobó tam- bién la Ley de impuesto territorial , que formó parte de la reestructuración del sistema tributario que impulsaron los ocupantes. Supuestamente, dicha ley pretendía que el grueso de las contribuciones recayera sobre aquellos grupos TXH REWHQtDQ PiV EHQHÀFLRV GH VX SRVHVLyQ GH OD WLHUUD \ GH ODV DFWLYLGDGHV agropecuarias. Para lograrlo, se estableció un sistema contributivo escalo- QDGR ODV ÀQFDV PHQRUHV GH WDUHDV SDJDUtDQ GH VX YDORU ODV TXH RVFLODUDQ HQWUH \ WDUHDV SDJDUtDQ \ VREUH ODV TXH H[FHGLHUDQ las 10,000 tareas recaería un impuesto de 2% de su valor. Asimismo, todas las propiedades pagarían un 0.25% del valor de las mejoras que en ellas hubiera. Finalmente, en el caso de «tierras comuneras» y que no estuviesen deslinda- das, se estableció una tasa contributiva de cinco centavos por cada «peso de acción». Amén de recabar ingresos para el Estado, estas medidas tenían como objetivo provocar que los propietarios pusieran en producción sus tierras o, en su defecto, que las vendieran o traspasaran a personas que estuvieran en disposición de hacerlo. 64 No obstante, el nuevo régimen contributivo enfrentó el rechazo de la población dominicana. La oposición fue especialmente enérgica en las zonas rurales ya que el mismo contradecía las formas tradicionales de tributación, EDVDGDV HQ ORV LPSXHVWRV DO FRQVXPR \ DO FRPHUFLR H[WHULRU 3DUD FROPR HO ©LPSXHVWR WHUULWRULDOª HUD XQD WDVD ÀMD TXH QR JXDUGDED UHODFLyQ FRQ OD FDSDFLGDG SURGXFWLYD UHDO GH ODV ÀQFDV (VWR LPSOLFDED TXH WDQWR HQ DxRV «buenos» —cuando las cosechas eran abundantes o se vendían a precios altos— como en años «malos» —cuando las cosechas mermaban o se ven- GtDQ D SUHFLRV EDMRV³ ORV SURSLHWDULRV GHEtDQ SDJDU H[DFWDPHQWH OD PLVPD cantidad de dinero. De hecho, en virtud de tal sistema contributivo, en los años «malos» el Estado terminaría apropiándose de una proporción mayor de los ingresos de los agricultores y los propietarios de tierra. Tal sistema resultaba especialmente nocivo para las clases campesinas, que vivían permanentemente en un frágil equilibrio entre la mera supervivencia y la carencia y la miseria. 65 1R HV GH H[WUDxDU HQWRQFHV TXH WDQWR WHUUDWHQLHQWHV FRPR FDPSHVLQRV VH opusieran al «impuesto territorial». Los agricultores recurrieron a los ayun- tamientos y las gobernaciones para tratar de atajar el cobro del impuesto y, además, para atenuar las penurias aparejadas al mismo. Estas se originaban HQ ODV PXOWDV ODV SHQDOLGDGHV ORV SURFHGLPLHQWRV OHJDOHV \ KDVWD ODV FRQÀVFD - ciones de propiedades que se decretaban como resultado del incumplimiento con dicha tributación. A principio de los años veinte, cuando la República Dominicana sufrió una severa sequía y el descenso de los precios de sus
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