Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Historia general del pueblo dominicano 489 de esta índole, pero estaban supeditadas a intereses políticos y sociales que buscaban, a través de mecanismos de control, poner la cultura a favor de los LQWHUHVHV GHO GLFWDGRU FRPR OR H[SRQH /XLV ) 0HMtD DO H[SOLFDU ORV FDPELRV producidos por la instauración del gobierno de Trujillo en 1930: 3UHÀULyVH HQ OD pSRFD FRQFXUULU D HVRV &OXEV GH YDULDGR DVSHFWR donde se conversaba, se leía, se jugaban cartas o billar o se bebía al- cohol, en informal y al gusto de cada cual, a la típica sociedad litera- ria del siglo pasado, toda compostura. Pero el Casino de la Juventud cayó hará veinte años, privado de su local. Al viejo Club Unión lo hizo morir Trujillo para vengar bolas negras. 64 El parque Colón es hoy sitio peligroso, donde se suele encontrar la muerte. Únicamente puede irse allí a alabar al tirano para conseguir un cargo. La libre vida intelectual se desarrolla ahora en la intimidad del hogar, donde solo se habla francamente con el insospechable. 65 A CTIVIDADES MÁS FRECUENTES EN LOS CLUBES /RV FDPELRV SURGXFLGRV D ÀQDOHV GHO VLJOR XIX , tanto por el desarrollo eco- nómico como por la llegada de miles de inmigrantes para trabajar en las nuevas industrias y el comercio, trajeron como consecuencia la aparición de modas y costumbres antes desconocidas para los dominicanos. Los nuevos vínculos con los Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico y las Antillas Menores, además GH (VSDxD VH UHÁHMDURQ HQ HO YHVWLU OD IRUPDFLyQ GH VRFLHGDGHV \ FOXEHV HO comienzo de nuevos deportes y un afán, en sectores de las clases altas de los centros urbanos, por imitar lo que acontecía socialmente en aquellos países. 66 Realmente, el impacto de los cambios progresivos que llevaban a la mo- GHUQL]DFLyQ GH OD YLGD XUEDQD QR VH H[SUHVy GH PDQHUD GLiIDQD HQ ORV FDPSRV dominicanos; la sociedad campesina siguió vinculada al tradicionalismo, con un peso importante marcado por la vida religiosa y una economía precapita- lista. Aun relacionándose con el comercio y los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril, que comenzaban a romper el aislamiento, el conglome- rado rural se mantenía «atado a una cadena de dependencia en relación con XQD PLQRUtD GH FRPHUFLDQWHV LPSRUWDGRUHV \ H[SRUWDGRUHVª 67 que estaban ubicados en los principales puertos y ciudades del país: «Esos grandes co- merciantes, junto con una minoría de grandes terratenientes y hacendados,

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