Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Historia general del pueblo dominicano 47 diferentes, por lo que habían tenido que trabajar el doble de lo estipulado por la ley. Asimismo, en 1918 se enmendó la ley y se aumentó a 50 centavos HO SDJR SDUD SRGHUVH H[LPLU GH ODERUDU GXUDQWH XQ GtD OR TXH GLVFULPLQDED contra los más pobres, campesinos en su mayoría. Por otro lado, cuando trabajaban, solo se asignaban 10 centavos diarios para la manutención de cada prestatario. A todo esto se sumaba el tiempo que invertían los campe- sinos en trasladarse a los lugares donde debían cumplir su faena, los que podían ser distantes. Ese, por supuesto, era un tiempo perdido ya que no podían dedicarlo a sus tareas habituales. Para colmo de males, los caminos y las carreteras en que se solía trabajar no eran necesariamente aquellos que los campesinos hubieran preferido reparar. Para ellos, la prioridad radica- ba en mejorar los caminos que les permitían transportar sus cosechas a los mercados locales y regionales; para las élites y el Gobierno, resultaba más importante habilitar las carreteras que conectaban las principales ciuda- des del país, esto tanto por razones políticas y militares como por causas económicas. Finalmente, los campesinos que dejaban de cumplir con la ley eran multados o sometidos a diversas penas, ¡incluyendo a trabajar en los caminos como reos! Tal situación —unida a los vejámenes y los abusos que sufrían al ser arrestados o condenados por violar la ley— desató la indigna- ción de los campesinos, quienes se resistieron masivamente a cumplir con ella. En 1919, el Gobierno Militar se vio forzado a suspenderla; y aunque se restableció al año siguiente, su aplicación se vio severamente afectada por varios factores, como la oposición a ella y una crisis económica que azotó a la ruralía dominicana a principios de los años veinte. (Q ÀQDOPHQWH VH HOLPLQy HO ©WUDEDMR SUHVWDWDULRª \ VH PRQHWL]y HO «impuesto de caminos», el que fue rebajado a un peso anual. Este cambio permitió a las autoridades concentrar los recursos económicos recolecta- dos en los «caminos carreteros», que constituían su prioridad. Aun así, no desaparecieron las pugnas entre los campesinos y las autoridades. Entre su aprobación y mediado de los años veinte, la Ley de caminos se convirtió en un elemento adicional de presión estatal sobre el campesinado. Fue una de las maneras en que el Estado, en nombre de la modernización, se dejó sentir HQ OD YLGD GH ODV PDVDV UXUDOHV HVWDEOHFLHQGR H[LJHQFLDV LQpGLWDV VREUH ORV ingresos y la mano de obra del campesinado dominicano. En tal sentido, el régimen de ocupación estadounidense representó un momento crucial en la UHGHÀQLFLyQ GH ORV YtQFXORV HQWUH ORV FDPSHVLQRV \ HO (VWDGR /D DFUHFHQWD - da injerencia estatal en la ruralía fue heredada por la dictadura trujillista, la que amplió con mucho el uso de la fuerza laboral campesina; a ella recurrió para construir y reparar caminos, carreteras y otras obras públicas, incluso

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3