Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Historia general del pueblo dominicano 41 PiV D WRQR FRQ ODV H[SHFWDWLYDV GH ORV FRPHUFLDQWHV 3HUR WDPELpQ KDEtD FR - secheros reacios a adoptar técnicas novedosas. Esa resistencia se originaba con frecuencia en la lógica de la economía campesina de subsistencia, que tenía como norte garantizar el sustento más que en obtener ganancias mone- tarias. Ciertamente, los campesinos no eran ajenos al cálculo económico ni a la aspiración de lucrar gracias a la venta de sus cosechas. Mas para amplios sectores del campesinado dominicano, los cultivos comerciales ocupaban una posición complementaria, no absoluta: constituían un medio para obtener artículos que ellos no elaboraban, crédito y peculio, pero formando parte de XQD SUXGHQWH HVWUDWHJLD GH VXEVLVWHQFLD EDVDGD HQ GLVPLQXLU DO Pi[LPR ORV ULHVJRV 3RU WDO UD]yQ ORV FDPSHVLQRV HUDQ H[WUHPDGDPHQWH FDXWRV D OD KRUD de introducir novedades en sus sistemas tradicionales de producción ya que una alteración desafortunada podía acarrear consecuencias desastrosas para la economía familiar. Ante las incertidumbres de la sobrevivencia —sujeta DO FOLPD ODV SODJDV ODV ÁXFWXDFLRQHV HFRQyPLFDV \ KDVWD ODV GHVWUXFFLRQHV provocadas por las revueltas armadas y las «revoluciones» de la época—, los campesinos optaban por atenerse a lo que les era familiar y conocido, y que, alegadamente, les brindaba un mínimo de seguridad. El tradicionalismo o conservadurismo económico achacado a los campesinos con frecuencia es- WDED DÀQFDGR HQ DxHMDV H[SHULHQFLDV TXH DFRQVHMDEDQ FDXWHOD PRGHUDFLyQ \ precaución. 51 Con todo, los sectores mercantiles y las autoridades gubernamentales LQWHQWDURQ PRGLÀFDU ODV SUiFWLFDV \ ORV XVRV GH ORV FDPSHVLQRV 3RU HMHPSOR OD &RPSDxtD $QyQLPD 7DEDFDOHUD &$7 TXH H[LVWtD GHVGH SULQFLSLRV GHO siglo XX VH YDOLy GH ODV UHGHV VRFLDOHV H[LVWHQWH HQ HO FDPSR SDUD FRQWURODU OD producción de tabaco, estableciendo criterios de calidad sobre las hojas que recibía. 52 Entre otras cosas, la CAT dividió las áreas productoras de tabaco en «zonas», cada una de las cuales estaba a cargo de un «jefe», usualmen- te un potentado o una personalidad local que se encargaba de distribuir los adelantos en dinero a los cosecheros en representación de la compañía. Este sistema tenía varias ventajas. Por un lado, evitaba que los campesinos emplearan a su favor la competencia entre diferentes compañías ya que era frecuente que los cosecheros se valieran de esas rivalidades para obtener me- MRUHV SUHFLRV R LQFOXVR SDUD YHQGHU D RWUD ÀUPD ODV FRVHFKDV TXH \D KDEtDQ comprometido verbalmente. Cuando ello ocurría, se decía que el cosechero se había «cruzado», lo que podía acarrear una doble pérdida a las empresas mercantiles: porque podían perder el dinero adelantado y porque dejaban de obtener las cosechas, que era el objetivo principal de los mercaderes. Por RWUR ODGR HO VLVWHPD LPSOHPHQWDGR SRU OD &$7 UHGXFtD ORV FRQÁLFWRV HQWUH ORV

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