Historia General del Pueblo Dominicana Tomo IV

Los renglones campesinos y semicapitalistas (c1870-1930) 36 terratenientes que acumulaban acciones de una propiedad comunera con el ÀQ H[SUHVR GH HVWDEOHFHU ÀQFDV HQ HVRV WHUUHQRV SDUD ORJUDUOR UHTXHUtDQ OD demarcación del terreno comunero y la repartición de los respectivos lotes de acuerdo a la cantidad de «pesos de acción» de cada condueño. 39 Casos como estos muestran que la valorización del suelo, estimulada por la penetración de las fuerzas mercantiles en el campo, indujo la privatización de la tierra y la erosión de sus formas tradicionales de uso y posesión. En otros casos, los dueños originales, sin que mediase intervención de ningún comerciante, empresario o hacendado, decidían realizar de manera autónoma el deslinde y la partición de su terreno comunero. En tales situa- ciones, era usual que los condueños acudieran a un notario para que este procediera a legitimar la partición. Para ello, los condóminos presentaban al notario sus respectivos «pesos de acción»; luego que se validaban dichos títulos, se procedía a medir el terreno, tarea efectuada por un agrimensor. Posteriormente, el terreno era fraccionado en lotes, acorde con los «pesos de acción» de cada uno de los titulares. Usualmente, la localización del lote (o ORWHV GH FDGD WLWXODU GHSHQGtD GH OD XELFDFLyQ GH ODV H[SORWDFLRQHV TXH WX - viera cada uno de ellos. No obstante, a veces algunos propietarios decidían permutar sus respectivos predios. Por ejemplo, uno de ellos podía desear consolidar una propiedad, razón por la cual optaba por intercambiar con otro de los titulares alguno de sus lotes, lo que le permitía juntar terrenos conti- guos. De otra forma, sus propiedades podían quedar dispersas y separadas SRU ODV ÀQFDV GH RWURV SURSLHWDULRV (UD FRP~Q DVLPLVPR TXH ORV FRQGXHxRV efectuaran «particiones provisionales», las que, aparentemente, se realiza- EDQ VLQ OD LQWHUYHQFLyQ GH XQ DJULPHQVRU 8QR GH ORV ÀQHV GH WDO SUiFWLFD era reducir los costos de la división del terreno comunero, gastos que podían UHVXOWDU RQHURVRV SDUD PXFKRV ©DFFLRQLVWDVª R TXH LQFOXVR QR VH MXVWLÀFDEDQ debido al escaso valor de la propiedad. Asimismo, la «partición provisional» permitía que los propietarios asumieran el dominio de sus predios mientras se completaban los trámites legales requeridos para validar la distribución efectuada. Dichos trámites solían prolongarse mucho tiempo, razón por la cual una «partición provisional» podía estar vigente durante varios años. No obstante, esa distribución quedaba sujeta a las alteraciones que pudiera gene- UDU OD ©GLYLVLyQ JHRPpWULFDª TXH HUD OD PHQVXUD GHÀQLWLYD UHDOL]DGD SRU XQ agrimensor. Frecuentemente, la división de un terreno comunero implicaba que las mejoras y las siembras efectuadas por alguno de los copropietarios TXHGDUDQ ÀQDOPHQWH HQ XQ SUHGLR DMHQR 3RU WDO UD]yQ VH HVWDEOHFtD XQ SOD]R de gracia durante el cual cada cual disfrutaba de las mejoras que hubiera rea- lizado y que ahora, debido a la partición, se encontrasen en un predio ajeno.

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